Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas

Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / E-ISSN 1851-9490 / Vol. 27 / Sección Comentarios de libros
Revista en línea del Grupo de Investigación de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas /
Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales (INCIHUSA)
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
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tapa libro:

Alternativas:
ejercicios de teoría
crítica contemporánea

Scivoletto, Gonzalo; Olalla, Marcos (eds.)
Mendoza; Qellqasqa; 2022;
ISBN 978-987-4026-65-1


Identificador ORCID de la autora Rayssa Siqueira Moreira

Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), Brasil

rayssasiqueira@hotmail.com


Los artículos que conforman la obra "Alternativas: ejercicios de teoría crítica contemporánea" (2022) representan un importante resultado de investigación en una colección organizada por los profesores Gonzalo Scivoletto y Marcos Olalla. En su esfuerzo por reunir contribuciones interdisciplinarias, los autores rechazan un enfoque unidireccional en la construcción teórica, comprometiéndose desde el principio con uno de los pilares fundamentales de la Teoría Crítica: fomentar el diálogo entre diversas áreas del conocimiento, conectándolas de manera intrincada para analizar la realidad actual. Esta obra tampoco tiene como objetivo ofrecer soluciones definitivas a los desafíos abordados. Por el contrario, evita adoptar el conocido pesimismo que, ante un escenario desafiante, asume una visión paralizante, incapaz de percibir las grietas que se forman en las estructuras que sostienen los procesos de dominación. La aproximación adoptada es propositiva, en un esfuerzo plural por identificar, o al menos buscar, alternativas a las barreras para la emancipación social, que en gran medida están relacionadas con el sistema económico capitalista global y sus complejidades. Este ejercicio, denominado por Gonzalo Scivoletto como un enfoque poliédrico de la reflexión crítica, se centra en un nuevo camino que busca revitalizar el propósito y el potencial de la actividad teórica.

La obra se sustenta en sólidos fundamentos teóricos proporcionados por los principales pensadores de la Escuela de Frankfurt y también de otras corrientes teóricas, manteniendo así su compromiso con el desarrollo de una teoría social orientada hacia la emancipación de la sociedad. No es casualidad que los trabajos identifiquen cierta fragilidad teórica como uno de los problemas contemporáneos, resultado del gradual abandono de la crítica de la economía política inspirada en Marx. Por lo tanto, uno de los objetivos destacados en la obra bajo análisis es precisamente llenar este vacío, proponiendo un reposicionamiento de la clave materialista en el centro de la crítica. A pesar de que la diversidad de temas y la profundidad de los textos enriquecen considerablemente la base teórica de los trabajos, también imponen grandes desafíos a quien se arriesga a recuperarla en unos pocos párrafos. Sin embargo, esto no nos impide asumir esta tarea, entablando un diálogo con los principales argumentos presentados, con la esperanza de que esta apertura al debate, al menos, contribuya a la continuidad de este valioso esfuerzo teórico.

En su primera contribución, Jorge Palacio se enfoca en rescatar la obra de Karl Polanyi, resaltando los análisis teóricos de este autor sobre el surgimiento del autoritarismo fascista en el siglo XX y su relación con las tensiones inherentes a una economía capitalista. A diferencia del enfoque del economista austriaco, Palacio propone una reinterpretación de uno de los puntos centrales de Polanyi, presentando una nueva perspectiva de lectura: en lugar de considerar una supuesta "ausencia del mercado", el autor argumenta que es precisamente el proceso de expansión de la esfera del mercado lo que puede desencadenar el potencial autoritario. A partir de este marco interpretativo fundamental, y en diálogo con enfoques afines a los de Polanyi en su época, como Adorno y Horkheimer, así como enfoques contemporáneos como el de Nancy Fraser, Palacio analiza los desequilibrios sociales generados por la economía capitalista a partir de las dinámicas de las manifestaciones contradictorias que ocurren en el ámbito político, destacando los conflictos entre las modalidades de protección social y los imperativos económicos. En este contexto, aunque Polanyi y los autores de la Escuela de Frankfurt no exploraron todos los aspectos de la incompatibilidad entre la economía de mercado y la democracia, ya reconocían que el surgimiento de autoritarismos y la captura de instituciones políticas a menudo se basaban en la lógica del mercado. Esto abre la puerta a la contribución de Fraser, quien de muchas maneras comparte el análisis de Polanyi al introducir la idea de la "contradicción política del capitalismo". Dentro de este marco argumentativo y considerando cuestiones contemporáneas, el autor aborda las tensiones observadas en la relación entre la economía y la política. Por lo tanto, Jorge Palacio reconoce las limitaciones de las intervenciones políticas en sus esfuerzos por mediar los aspectos sociales frente a las demandas del sistema económico, especialmente cuando esa política se acerca peligrosamente a la interpretación liberal del individuo y la libertad, lo que tiende a ser excesivamente compatible con la lógica de mercado.

Nadia Garayo y Adriana Vercellone se embarcan en un esfuerzo de reconstrucción de la tradición teórica contractualista en el ámbito del derecho y la política. Desde el principio, las teóricas reconocen la importancia central de esta tradición para las estructuras sociales y políticas liberales contemporáneas, teniendo como objetivo principal la recuperación de los principales elementos subyacentes a esta tradición, especialmente los conceptos de autonomía, voluntad y consentimiento, así como sus interacciones con las esferas pública y privada. Garayo y Vercellone someten entonces esta corriente de pensamiento a una crítica feminista profunda, reflexionando sobre sus diversas vertientes. El propósito es evaluar la compatibilidad, o la falta de ella, entre los principios contractualistas y las perspectivas feministas. En esta segunda fase de su trabajo, las autoras destacan hasta qué punto la construcción de la realidad actual fue moldeada, de manera inevitable, por la invisibilidad de ciertos grupos sociales. Según las autoras, el debate político moderno está marcado por la influencia del movimiento feminista, identificando argumentos centrales que cuestionan los conceptos de igualdad, lenguaje, público objetivo, patriarcado e incluso la noción misma de consentimiento, considerando estos elementos como parte de un conjunto de supuestos históricos que, de alguna manera, legitiman las desigualdades de género. Sin embargo, es importante destacar que, aunque este análisis permite a las autoras resaltar cómo el derecho contribuyó a la construcción de desigualdades, consolidando el poder patriarcal sobre minorías sociales, su crítica no las lleva a una interpretación unilateral, siendo capaces de reconocer ciertos avances que, a pesar de todo, la visión tradicional hegemónica aportó. La complejidad de esta cuestión se hace aún más evidente cuando las autoras constatan la alta carga teórica y práctica de adherir a un completo abandono de estos antecedentes teóricos. De esta manera, desde una perspectiva más adecuada, las autoras examinan el derecho como un medio para disputar significados, con la capacidad de manifestarse tanto de manera emancipadora como de servir como un mecanismo opresivo y legitimador de desigualdades.

Partiendo de los debates en torno al concepto de reificación, de base marxista, Nahuel Alzu arroja luz sobre las contribuciones frankfurtianas, especialmente las de Axel Honneth, en busca de una actualización y revitalización del potencial crítico de ese concepto para el análisis de las formas de dominación presentes en la contemporaneidad. Según el autor, Honneth, en un debate con la obra "Historia y Conciencia de Clase" (2018), de Georg Lukács, reinterpreta el concepto de reificación como la ausencia de un reconocimiento primario, en un nivel extremo, en el cual el individuo no identifica al otro como tal, es decir, como otro ser humano. Esta aproximación teórica aleja la interpretación de la reificación como, por ejemplo, la instrumentalización y la explotación del trabajo. Sin embargo, esta forma de interpretar la reificación parece representar un alejamiento, en parte ya consolidado dentro de la tradición en la que se inscribe, del análisis de la reificación que se relaciona críticamente con los procesos de subjetivación impuestos por el modo de producción capitalista, como era el caso, por ejemplo, en la perspectiva de Lukács. En Honneth, la concepción de la reificación tiende a considerar las relaciones interpersonales con una autonomía excesiva con respecto a la lógica del mercado, ignorando incluso los estándares de moralidad impuestos por ella. Por esta razón, Nahuel Alzu realiza una reinterpretación del concepto, no limitándose solo a las contribuciones de Lukács, sino teniendo en cuenta las implicaciones de la lógica capitalista contemporánea y sus nuevas manifestaciones, alejándose de lo que considera una cierta ingenuidad en la perspectiva ofrecida por el autor frankfurtiano.

Siguiendo el hilo conductor del trabajo teórico de Axel Honneth, Santiago Peppino se adentra ahora en un diálogo con el psicoanálisis, particularmente con la reevaluación de la concepción freudiana del sujeto, con el objetivo de integrar esta perspectiva con la teoría social. Basándose en el enfoque de la Teoría Crítica de Frankfurt, el autor busca comprender los fenómenos de inconsistencia de la razón humana que llevan a las personas a conformarse con los males que enfrentan. En este contexto, se examinan las patologías sociales resultantes del modo de producción capitalista, con el fin de explorar las posibilidades de autorrealización colectiva de los individuos. Para llevar a cabo este proyecto, Peppino se apoya en las contribuciones teóricas de pensadores como Adorno y Marcuse, reconstruyendo conceptos que tienen sus raíces en el psicoanálisis freudiano y lacaniano, sin perder de vista la necesidad de una sólida base teórica en teoría social. A través de este esfuerzo, Peppino observa que la interpretación de Honneth enfatiza cierta patologización de los daños en las subjetividades, sugiriendo que estos daños, aunque resulten indirectamente de las adversidades en las sociedades capitalistas, pueden superarse o reducirse en las condiciones sociales actuales. Sin embargo, según Peppino, esto descuida la profundidad de la alienación que se origina en las determinaciones estructurales del modo de producción. Ante esto, el autor propone una reinterpretación crítica necesaria que sea verdaderamente capaz de analizar los impactos del sistema económico en la formación y el desarrollo de la psique y las subjetividades humanas.

Destacando la relevancia y actualidad de los autores de la primera generación de la Escuela de Frankfurt, Zahira Vazquez se mantiene crítica ante la aceptación del panorama desalentador de la contemporaneidad. La autora comienza su análisis explorando el punto fundamental percibido entre el pensamiento de Herbert Marcuse y la dimensión utópica de Freud relacionada con una sociedad no represiva. Freud, en sus formulaciones de una metapsicología, sostenía que la represión individual era una condición previa para las formas culturales de organización de la civilización. Sin embargo, Vazquez complejiza esta interpretación al reconocer la viabilidad histórica de los logros materiales contemporáneos, adoptando la perspectiva de Marcuse, que sugiere que las restricciones a los instintos humanos están intrínsecamente ligadas a la forma específica de organización cultural de una sociedad, sin considerarlas como algo absoluto. Por lo tanto, la autora cree que la superación de un contexto "super represivo", caracterizado por una represión excesiva de las pulsiones y una orientación hacia los procesos productivos determinados por el capitalismo, solo será posible a través de cambios estructurales que permitan que las energías libidinales de las personas no se dirijan principalmente a los intereses de la dominación a través del trabajo. Vazquez, en consecuencia, comparte las contribuciones de Marcuse, a menudo injustamente marginadas en las críticas teóricas contemporáneas, que apuntan a la posibilidad de una vida en la cual las potencialidades reprimidas puedan experimentarse, no en beneficio del capitalismo dominante, sino en dirección a su superación radical en un proceso de transformación social profunda.

Walter Benjamin es el autor central del texto siguiente, especialmente en lo que respecta a sus escritos sobre la Comuna de París. Según María Rita Moreno, el teórico observa la insurrección popular de 1871 a la luz de aspectos arquitectónicos de lo que fue considerada la capital del siglo XIX. El proyecto urbanístico liderado por Georges-Eugène Haussmann, quien fue condecorado con el título de Barón por Napoleón III, es visto por Benjamin como una manifestación del poder político que canaliza la racionalidad instrumental de su época. La imagen de la ciudad resultante de este proyecto, que Benjamin analiza como una "lectura fantasmagórica del espacio", se revela como una expresión de las clases dominantes de la sociedad, preservando las relaciones de propiedad que estaban vigentes en ese momento. Luego, la autora explora cómo Benjamin ve las barricadas no solo como un movimiento relacionado con una disputa espacial, sino también como un desplazamiento de las "fantasmagorías del espacio", un rechazo a las "sutilezas" de una "ornamentación estratégica" del espacio urbanístico. La intención es mostrar cómo Benjamin percibe la irrupción de la Comuna de París como un movimiento arraigado en una racionalidad divergente. En otras palabras, no solo como una simple lucha por el espacio, sino como un acto que trasciende las fronteras de ese espacio, representando un rechazo a las tácticas de embellecimiento estratégico del entorno urbano. La búsqueda es un enfoque dialéctico de la revuelta parisina, con continuidad histórica, en paralelo con el Manifiesto Comunista de Marx y Engels, como subversión del orden capitalista: no sometido a su lugar de sufrimiento, como a menudo se interpretó este momento histórico, sino organizando el pesimismo teórico hacia un movimiento capaz de arrojar luz sobre los problemas contemporáneos. Es decir, yendo más allá de ser simplemente un "legado", hacia una imagen vital de un episodio histórico. 

El esfuerzo crítico de Pablo Terroba, por su parte, se centra en un análisis de la política de izquierda, especialmente en Argentina, a finales del siglo XX. Este período estuvo marcado por el fin de la hegemonía soviética y el consiguiente avance de la globalización capitalista. En este escenario, el fin del llamado "socialismo real", con la caída del Muro de Berlín en 1989, habría provocado, además de la desintegración formal de la URSS, una fuerte disolución de la propia perspectiva de futuro de los partidos de izquierda en el continente latinoamericano. El panorama político desfavorable impuso desafíos que debilitaron las posibilidades de defensa, en el debate público, del socialismo como alternativa teórica y práctica. De esta manera, el autor destaca que el marxismo, después de la Revolución Rusa de 1917, fue objeto de acusaciones injustas de ser símbolo de alienación y dictadura, buscando contrarrestar estas posiciones mediante la reafirmación del carácter liberador y emancipatorio de esta tradición. A continuación, en medio del avance de los paquetes de políticas neoliberales, Terroba intenta demostrar cómo Argentina abrió espacio para la extranjerización de su economía y empresas, lo que, en consecuencia, condujo a una pérdida de espacio para las políticas sociales. En esta nueva atmósfera, una esperanza comunista "agotada" no logró mantener sus fuerzas políticas de oposición. El diagnóstico de Pablo Terroba es fundamental no solo para analizar la coyuntura argentina, sino también para comprender la situación en otros países de América Latina, donde las fuerzas de izquierda, en mayor o menor medida, se enfrentan a desafíos en sus potencialidades frente a los impactos del neoliberalismo.

Como contribución final, Marcos Olalla parte de la identificación de un movimiento de crisis en la representación política, que tiene lugar en la contemporaneidad del capitalismo financiero. Fenómenos como la crisis migratoria y la pandemia de Covid-19 son elementos que evidencian un marcado aumento de la desigualdad económica. Según el autor, esta coyuntura impulsa hacia una necesaria recuperación de la centralidad del debate teórico crítico en torno al antagonismo entre ricos y pobres. En el ámbito filosófico, basándose en las contribuciones de Foucault, Jaeger y Finley, el autor se propone investigar el imaginario de la representación en las capas populares en el contexto de la participación política, comprendiendo el papel desempeñado por la tradición liberal en promover una imagen despolitizada de la democracia. Además, al adentrarse más profundamente en la historia, su horizonte analítico es capaz de identificar contrastes que se remontan a las fuentes clásicas de la democracia. Para ello, el autor examina, por ejemplo, el "elitismo" presente en la literatura sobre Tersites, en la obra homérica, en la que el antagonismo entre clases ya estaba claramente delineado en los discursos políticos de la época.

Alternativas: ejercicios de teoría crítica contemporánea (2022) es una valiosa colección que revitaliza la esperanza en el pensamiento crítico, la interdisciplinariedad y la ausencia de dogmatismo en su enfoque. Sus contribuciones recogen el espíritu de la Teoría Crítica en su mejor sentido, no como un manual que se aplica a los desafíos del presente, sino más bien como una tradición teórica que, a pesar de todo, aún conserva su potencial. En nuestra opinión, esto solo es posible porque el libro mantiene vigentes dos de los fundamentos más valiosos que han caracterizado a los pensadores y pensadoras de esta tradición: el arduo esfuerzo por comprender el presente y sus obstáculos más profundos, así como replantear sus suposiciones como objeto mismo de crítica. En otras palabras, los autores han mantenido el pensamiento en constante proceso de reflexión sobre sí mismo, nutriendo de esta manera su propia capacidad crítica.