Convocatoria Dosier (2023) Figuraciones de Caliban: (re)lecturas y pliegues filosófico-culturales
Convocatoria Dosier (2023)
FIGURACIONES DE CALIBAN: (RE)LECTURAS Y PLIEGUES FILOSÓFICO-CULTURALES
Coordinación:
- Carlos Aguirre Aguirre (CONICET-IDEF, UNSJ): aguirreaguirrecarlos@gmail.com
Doctor en Filosofía por la Universidad Nacional de Córdoba, Magíster en estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional de Cuyo y Licenciado en Comunicación Social por la Universidad de Playa Ancha. Becario posdoctoral del CONICET en el Instituto de Filosofía de la Universidad Nacional de San Juan. Miembro del Centro de Investigaciones y Estudios en Teoría Poscolonial (CIETP) y del Instituto de Filosofía Argentina y Americana (IFAA). Integra distintos proyectos de investigación sobre filosofías críticas de la modernidad y teoría poscolonial.
- María Rita Moreno (INCIHUSA CCT Mendoza-CONICET): xmariaritamoreno@gmail.com
Profesora y doctora en Filosofía por la Universidad Nacional de Cuyo. Es becaria posdoctoral en INCIHUSA, CONICET bajo la dirección de Adriana Arpini. Se desempeña como docente en la Facultad de Derecho y la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Sus líneas de investigación se vinculan a la Teoría Crítica (en particular, la obra de Th. Adorno y W. Benjamin) y los estudios críticos de la modernidad.
Fecha límite para recepción de artículos: 24-03-2023
Obra de: Franz Marc
Fundamentación:
En la escena II del acto primero de La tempestad, obra de William Shakespeare de 1611, irrumpe Caliban, “un esclavo salvaje y deforme”, con una sentencia decisiva:
“— ¡Me habéis enseñado a hablar, y el provecho que me ha reportado es saber cómo maldecir! ¡Que caiga sobre vos la roja peste, por haberme inculcado vuestro lenguaje!”
Esta expresión desencadena una circulación de la figura calibanesca, transfigurando y desfigurándose múltiplemente hasta eclosionar como epítome de una manera de estar en nuestra América. Su imagen monstruosa ha dado lugar a diversas interpretaciones que hacen de su condición subalterna la evidencia de la opresión colonial y la brújula del cimarroneo filosófico, cultural, corporal. Caliban se ha tornado una fuente configuradora de reflexiones que procuran captar latencias, apresamientos, elusiones y devenires de la experiencia caribeña y latinoamericana.
La polisemia figurativa del esclavo es un tema relevante ya a principios de siglo XX, cuando en Ariel (1900) de José Enrique Rodó y en Humanismo burgués y humanismo proletario (1938) de Aníbal Ponce se reivindica el carácter arielino como contrapartida de la rusticidad calibanesca. Incluso, en un ensayo de 1931 escrito por Walter Benjamin en torno a Karl Kraus, Caliban aparece bajo el título del segmento “Monstruo” [Unmensch]. En cambio, las reflexiones de la segunda mitad del siglo XX incorporan explícitamente la dimensión colonial a la figura de Caliban: Aimé Césaire en Una tempestad (Adaptación para el teatro negro de La tempestad de Shakespeare) (1969) inaugura un derrotero que rechaza la dependencia jerárquica de Próspero y lee en Calibán la potencia de una figura anticolonial. En esa línea se inscribe también el abordaje de George Lamming en Los placeres del exilio (1960), para quien Caliban se identifica, no sin dificultades, con el intelectual caribeño.
Estas figuraciones anticoloniales del personaje shakespeariano hallan una de sus formulaciones más célebres en Caliban. Apuntes sobre la cultura de nuestra América (1971). Allí Roberto Fernández Retamar identifica en el devenir calibanesco la clave para cavilar nuestra cultura en el epicentro de las violencias fraguadas por las dicotomías de la modernidad. Así, cultiva el ideario descolonizador del Caliban en la figura de un intelectual nuestroamericano que reivindica el pensar y actuar a partir de la experiencia transcultural que lo envuelve: un viaje al centro de nuestra cultura atravesada por intercambios, tradiciones y apropiaciones.
En una línea tangencial, Arturo Roig en Acotaciones para una simbólica latinoamericana (1985) reivindica el talante simbólico-liberador de Caliban. Roig encuentra en la recreación/des-codificación del personaje shakesperiano una praxis orientada a revertir el discurso opresor del colonialismo europeo y desobedecer su universo simbólico. Décadas más tarde, Paget Henry en Caliban´s Reason (2000) analiza la intertextualidad de la filosofía afrocaribeña explorando en la figura de Caliban la invención de nuevas lenguas.
La crítica poscolonial y los estudios culturales destacan como otra importante contribución: Edward Said trae a colación distintos “Calibanes” en Cultura e Imperialismo (1993), Gayatri Spivak en Crítica de la razón poscolonial (1999) y John Beverley en By Lacan: crisis del marxismo y política cultural en las Américas (1992) afirman que debe superarse la figura de Caliban, Carlos A. Jáuregui indaga la veta antropofágica del personaje en Canibalia: canibalismo, calibanismo, antropofagia cultural y consumo en América Latina (2005).
Estos polimorfos registros de los que es susceptible Caliban han habilitado novedosos abordajes tanto de las producciones culturales de Latinoamérica y el Caribe como de las figuras de lo humano e inhumano. En este sentido, al atravesar con la efigie del esclavo el cine antropofágico brasileño de Glauber Rocha y Joaquim Pedro de Andrade, el free jazz del Tercer Mundo de Gato Barbieri, las zoomorfías y cosmogonías de la plástica de Wifredo Lam (como minúscula muestra de una cartografía estético-cultural mucho más amplia), emergen complejidades políticas y estéticas a partir de las cuales desandar cánones estéticos clásicos.
Cada punto de este sucinto derrotero pretende aludir el devenir de un personaje que, de figurante shakespeariano, se ha tornado en los últimos años un núcleo reflexivo ineludible para el pensamiento crítico: Caliban ha puesto en crisis las fronteras identitarias y los perímetros de lo propio y lo ajeno, lo sometido y lo sometedor, lo civilizado y lo bárbaro, lo moderno y lo antiguo, lo dicho y lo omitido, lo original y la copia/doble, centro y periferia, y una infinidad de binarismos vertebrales para el pensamiento moderno. En esta dirección, el dosier Figuraciones de Caliban: (re)lecturas y pliegues filosófico-culturales se propone reunir diferentes trabajos centrados en las múltiples figuraciones, configuraciones, desfiguraciones calibanescas. Algunas de las preguntas que orientan las contribuciones a las que convoca este volumen son: ¿por qué Caliban asoma como la alegoría de un ethos cultural nuestroamericano? ¿Cuál/es es/son los rostros contemporáneos de Ariel, Miranda y Próspero, Sycorax, etc.? ¿Cómo se relaciona la figura de Caliban con otras formas de opresión, dominación y discriminación? ¿Qué porta Caliban que lo habilita a discutir el discurso dominante de la modernidad? ¿Qué pliegues le permiten a Caliban seguir hablando una lengua impura? ¿Qué políticas habilita la maldición proferida por Caliban? ¿Cuáles son los términos de la discursividad calibanesca? ¿Cuáles son los ángulos aún no explorados del imaginario calibanesco? ¿Qué tipo de experiencias interpela? ¿Cuál es el límite de la figura de Caliban? ¿Es su imagen una metáfora caduca o estéril? ¿Cómo se actualiza Caliban?